Rehabilitación de drogas (o simplemente rehabilitación) es un término usado para los procesos de tratamiento médico o psicoterapéutico, por la dependencia de sustancias psicoactivas como el alcohol, medicamentos y drogas ilegales como la cocaína, la heroína o las anfetaminas. La intención general es hacer al paciente cesar el abuso de sustancias, con el fin de evitar las consecuencias psicológicas, legales, financieros, sociales y físicos que pueden producirse, especialmente después del abuso extremo.

La dependencia psicológica

La dependencia psicológica se trata en muchos programas de rehabilitación de drogas, tratando de enseñar a los pacientes nuevos métodos de interacción en un ambiente libre de drogas. En particular, los pacientes se animan, o incluso se les exige no asociarse con los amigos que siguen utilizando las sustancias adictivas. Hay programas de doce pasos que ayudan a los adictos no solo a dejar de usar el alcohol y otras drogas, pero también examinar y cambiar los hábitos relacionados con las adicciones. Muchos programas enfatizan que la recuperación es un proceso permanente sin culminación. Para las drogas legales como el alcohol se pone acento en la completa abstención en vez de intentos de moderación, cosa que puede conducir a la recaída. Si la moderación es alcanzable para los que tienen antecedentes de abuso sigue siendo un punto discutible, pero en general se considera insostenible.

Tipos de tratamiento para la rehabilitación de drogas

Hay varios tipos de programas que ofrecen ayuda en la rehabilitación de drogas, incluyendo: tratamiento residencial, ambulatorios, grupos locales de apoyo, clínicas de rehabilitación de drogas, asesoramiento para adicciones, salud mental, medicina ortomolecular y atención médica. Algunas clínicas de rehabilitación de drogas ofrecen programas específicos según la edad y el género del paciente.

La investigación científica empezada en 1970 muestra que el tratamiento efectivo aborda las múltiples necesidades del paciente en lugar de tratar solo la adicción. Además, la desintoxicación con medicamentos solo es ineficaz como tratamiento para la adicción. Los institutos sobre el abuso de drogas recomienda la desintoxicación con medicamentos (si es el caso) y terapia de comportamiento, seguidas de prevención de recaídas. Según estos institutos, el tratamiento eficaz debe ocuparse de los servicios médicos y de salud mental, y de las otras opciones, tales como el apoyo de recuperación con la comunidad o la familia. Cualquiera que sea la metodología, la motivación del paciente es un factor importante en el éxito del tratamiento de drogas.

Para las personas adictas a los medicamentos recetados, los tratamientos tienden a ser similares a los que son adictos a las drogas que afectan los mismos sistemas cerebrales. Los medicamentos como la metadona y la buprenorfina pueden ser utilizados para tratar la adicción a los opiáceos recetados, y las terapias de comportamiento pueden usarse para tratar la adicción a los estimulantes de prescripción, las benzodiazepinas y otros medicamentos.

Tipos de terapias de comportamiento:

  • La terapia cognitiva de comportamiento, que busca ayudar a los pacientes a reconocer, evitar y hacer frente a situaciones en las que son más dispuestos a usar de nuevo drogas.
  • Terapia familiar multidimensional, que está diseñada para ayudar la recuperación del paciente mediante el mejoramiento del funcionamiento de la familia.
  • La entrevista motivacional, que está diseñada para aumentar la motivación del paciente para cambiar el comportamiento y empezar un tratamiento.
  • Incentivos de motivación, que utilizan el refuerzo positivo para fomentar la abstinencia de la sustancia adictiva.

El estado ha proporcionado una lista de los programas e instituciones que ofrecen diversos tratamientos según el grupo de edad, tipo de adicción y otros aspectos.

Farmacoterapias

Ciertos medicamentos opiáceos como la metadona y más reciente la buprenorfina son ampliamente utilizados para tratar la adicción y la dependencia de otros opiáceos, como la heroína, la morfina o la oxicodona. La metadona y la buprenorfina son las terapias de mantenimiento destinadas a reducir el deseo de opiáceos, lo que reduce el consumo de drogas ilegales, y los riesgos asociados, como la enfermedad, la detención, el encarcelamiento y la muerte, en línea con la filosofía de reducción de daños. Ambos fármacos pueden utilizarse como medicamentos de mantenimiento (y tomarse por un período indefinido de tiempo), o se utilizan como ayudas de desintoxicación. Todos los estudios recopilados en la Evaluación Nacional Australiana de terapias farmacológicas para la dependencia de opiáceos de 2005 sugieren que el tratamiento de mantenimiento es preferido, con tasas muy elevadas de recaída (79-100%)dentro de los tres meses de la desintoxicación con buprenorfina y metadona.

Ibogaína es una droga alucinógena promovida por ciertos grupos marginales para interrumpir la dependencia física y psicológica a una amplia gama o drogas incluyendo narcóticos, estimulantes, alcohol y nicotina. Hasta la fecha, nunca han habido estudios controlados que muestren que sea eficaz, y no se acepta como tratamiento de ninguna asociación de médicos y farmacéuticos. Ha habido varias muertes relacionadas con el consumo ibogaína, porque provoca taquicardia y síndrome QT. La droga es ilegal y los "centros" en el extranjero donde se administra tienden a tener poca supervisión, y van desde habitaciones de motel a un centro de rehabilitación de tamaño moderado. Algunos antidepresivos también muestran utilidad en la moderación del consumo de drogas, en particular a la nicotina, y se ha convertido en algo común para los investigadores científicos a reexaminar los medicamentos ya aprobados para encontrar nuevos usos en materia de rehabilitación de las drogas.

Según los institutos sobre el abuso de drogas, los pacientes estabilizados con dosis adecuadas de metadona o buprenorfina pueden mantener sus puestos de trabajo, evitar la delincuencia y la violencia, y reducir su exposición al VIH y hepatitis C al detener o reducir el uso de drogas inyectables o drogas relacionadas con el comportamiento sexual. La naltrexona es un antagonista opiáceo de acción prolongada con pocos efectos secundarios (se dice), y se prescribe generalmente en condiciones médicas ambulatorias, aunque el inicio del tratamiento se empieza después de la desintoxicación médica en una clínica de rehabilitación de drogas. La naltrexona bloquea los efectos eufóricos y todos los demás de la auto-administración (y administración por el médico) de píldoras o inyecciones (no es recomendable si se requiere cirugía planificada u otro procedimiento doloroso u otras condiciones que requieren el control del dolor o una anestesia general, porque los productos químicos, fentanil y sufentanil, más comúnmente utilizados para inducir la anestesia también son opioides). También se ha utilizado como tratamiento para la adicción al alcohol. Los especialistas afirman que la naltrexona reduce el riesgo de recaída durante los primeros 3 meses por 36%. Sin embargo, es mucho menos eficaz para ayudar a los pacientes a mantener la abstinencia o retenerlos en el sistema de tratamiento de drogas (las tasas de retención son de 12% en los 90 días para la naltrexona , 57% en 90 días para la buprenorfina y 61% en 90 días para la metadona).

El acamprosato, disulfiram y topiramato también se utilizan para tratar la adicción al alcohol. El acamprosato ha demostrado eficacia en pacientes con dependencia severa, porque ayuda a mantener la abstinencia durante varias semanas o meses. El disulfiram produce una reacción muy desagradable cuando se bebe alcohol, que incluye enrojecimiento, náuseas y palpitaciones. Es más eficaz para los pacientes con alta motivación y algunos adictos que lo utilizan solo para situaciones de alto riesgo.

El óxido nitroso se ha demostrado ser un tratamiento eficaz para algunas adicciones.

Asesoramiento

El tratamiento tradicional de las adicciones se basa principalmente en el asesoramiento. Sin embargo, los descubrimientos recientes han demostrado que los que sufren de adicción suelen tener desequilibrios químicos que hacen que el proceso de recuperación sea más difícil.

Los consejeros ayudan a los individuos identificar los comportamientos y problemas relacionados con la adicción. Se puede hacer de forma individual, pero se suele hacer en un ambiente de grupo y puede incluir consejería de crisis, consejería semanal o diaria. Los consejeros están capacitados para desarrollar programas de recuperación que ayudan a restablecer las conductas saludables y proporcionar estrategias de afrontamiento si ocurre cualquier situación de riesgo. Es muy común verlos trabajar también con los miembros de la familia que se ven afectados por las adicciones de uno de ellos, o en una comunidad con el fin de prevenir la dependencia y educar al público. Los consejeros deben ser capaces de reconocer cómo la adicción afecta la persona y a los que la rodean.

La asesoría también se relaciona con la "intervención". Un proceso en el que se pide la ayuda de un profesional por la familia del adicto para conseguir que esta persona empiece un tratamiento.

Este proceso se inicia con uno de los objetivos de estos profesionales: superar la negación de la persona con la adicción. La negación implica falta de voluntad por parte de los pacientes o el miedo a enfrentarse a la verdadera naturaleza de la adicción y de tomar cualquier acción para mejorar sus vidas, además de continuar con el comportamiento destructivo. Una vez que esto se ha logrado, los profesionales trabajan con la familia del adicto para conseguir meter el adicto en una de las clínicas de rehabilitación de drogas de inmediato, con preocupación y cuidado por esta persona. Si no, a esta persona se le pedirá irse y no esperar ningún apoyo hasta entrar en un programa de rehabilitación de drogas o tratamiento de alcoholismo. Una intervención también se puede realizar en el entorno de trabajo con sus colegas en lugar de la familia.

Métodos históricos de tratamiento y rehabilitacion de drogas

El modelo de la enfermedad y programas de doce pasos

El modelo de la enfermedad de adicción siempre ha sostenido que el consumo de sustancias que muestran los adictos es el resultado de una enfermedad que es de origen biológica y exacerbada por las contingencias ambientales. Este concepto dice que el individuo es esencialmente sin poder ante sus conductas problemáticas e incapaz de permanecer sobrio por sí mismo, como las personas con una enfermedad terminal son incapaces de luchar contra la enfermedad por sí mismos sin necesidad de medicación. El tratamiento conductual, por lo tanto, necesariamente requiere que los individuos admitan la adicción, y que renuncien a sus anteriores estilos de vida, y deben buscar una red social de apoyo que les puede ayudar a mantenerse sobrios. Estos enfoques son las características de los programas de doce pasos, publicados originalmente en el libro Alcohólicos Anónimos en 1939 (Alcoholics Anonymous). Estos enfoques han tenido una cantidad considerable de crítica. Sin embargo, a pesar de estas críticas, los estudios de los resultados han mostrado que los programas de doce pasos logran el éxito de abstinencia después de 1 año de seguimiento para el alcoholismo. Se han alcanzado diferentes resultados para otras drogas, pero menos beneficiosos para los adictos a sustancias ilícitas, y mucho menos beneficiosos para los adictos a los opiáceos fisiológicos y psicológicamente adictivos, para los que las terapias de mantenimiento son el estándar de oro en la rehabilitación de drogas.

Métodos centrados en el cliente

En su influyente libro, Terapia centrada en el cliente (Client-Centered Therapy), en la que presentó el enfoque centrado en el cliente para el cambio terapéutico, el psicólogo Carl Rogers propuso que hay tres condiciones necesarias y suficientes para el cambio personal: la consideración positiva incondicional, empatía precisa, y autenticidad. Rogers cree que la presencia de estos tres elementos de la relación terapéutica podría ayudar a una persona a superar cualquier problema, incluido el abuso de drogas. En este sentido, un estudio de 1957 comparó la eficacia relativa de tres diferentes psicoterapias en el tratamiento de los drogadictos que se habían cometido en un hospital estatal durante sesenta días: una terapia basada en la teoría del aprendizaje de dos factores, la terapia centrada en el cliente, y la terapia psicoanalítica. Aunque los autores esperaban que la teoría de dos factores será el más eficaz, en realidad resultó tener un resultado perjudicial. Sorprendente, la terapia centrada en el cliente probó ser más efectiva. Se ha argumentado, sin embargo, que estos resultados pueden atribuirse a la profunda diferencia de perspectiva entre el terapeuta de dos factores y el de la terapia centrada en el paciente, en lugar de las técnicas centradas en el paciente en sí.

Una variación del enfoque de Rogers ha sido que los clientes son directamente responsables de la determinación de las metas y objetivos del tratamiento. Este enfoque fue utilizado por varios programas de tratamiento de drogas.

Los métodos psicoanalíticos

El psicoanálisis, un enfoque psicoterapéutico para el cambio de conducta desarrollado por Sigmund Freud y modificado por sus seguidores, también ha ofrecido una explicación del abuso de sustancias. Esta orientación sugiere que la causa principal del síndrome de adicción es la necesidad inconsciente para entretener y para promulgar diversos tipos de fantasías y al mismo tiempo para evitar asumir la responsabilidad por estas. Es declarado que específicas sustancias facilitan fantasías específicas. El síndrome de adicción también se planteó la hipótesis de estar asociado con trayectorias de vida que se han producido en el contexto de procesos traumatogénicas, las fases de los cuales incluyen factores sociales, culturales y políticas, encapsulación y traumatophilia. Este enfoque está en agudo contraste con los métodos de la teoría social cognitiva a la adicción, y de hecho, a la conducta en general que hacen que los seres humanos normales controlan sus propios comportamientos, y no se dejan simplemente conducidos por impulsos internos.

Los modelos cognitivos de recuperación de la adicción

Prevención de recaídas

Un influyente enfoque cognitivo-conductual para la recuperación de la adicción ha sido el enfoque de prevención de la recaída de Alan Marlatt, donde se describen cuatro procesos psicosociales relacionados con la adicción y los procesos de recaída:

  • Autoeficacia
  • Expectativas de resultados
  • Las atribuciones de causalidad
  • La toma de decisiones

La autoeficacia se refiere a la capacidad de hacer frente de manera competente y eficaz a las situaciones de alto riesgo de recaída. Las expectativas de resultado se refieren a las expectativas de un individuo acerca de los efectos psicoactivos de la sustancia adictiva. Las atribuciones de causalidad se refieren al modelo de creencias de una persona que la recaída en el consumo de drogas es el resultado de situaciones internas o externas temporales (por ejemplo, dejarse hacer excepciones cuando se enfrenta a lo que se considera circunstancias inusuales). Por último, los procesos de toma de decisiones están implicados en el proceso de recaída también. El consumo de sustancias es el resultado de múltiples decisiones. Algunas de estas decisiones pueden ser también inconscientes o parecer sin importancia.

Por ejemplo: Como resultado de mucho tráfico, un alcohólico en recuperación puede decidir una tarde salir de la carretera y viajar por carreteras secundarias. Esto dará lugar a la creación de una situación de alto riesgo cuando se da cuenta de que está cerca de su bar favorito. Si este individuo es capaz de emplear con éxito las estrategias de afrontamiento, como distraerse de sus deseos mediante otras actividades como escuchar música, entonces se evitará el riesgo de recaída y aumentar su eficacia para la abstinencia en el futuro. Sí, sin embargo, carece de mecanismos de enfrentamiento de los deseos por ejemplo, puede comenzar reflexionando sobre ellos, entonces su eficacia para la abstinencia disminuye, sus expectativas de resultados positivos se incrementarán, y puede experimentar una recaída temporal. Al hacerlo da lugar a lo que Marlatt describe como el Efecto de Violación de la Abstinencia, caracterizado por la culpa por haber consumido las sustancias y la eficacia disminuida de abstinencia en el futuro en similares situaciones tentadoras.

La terapia cognitiva del abuso de sustancias

Un modelo adicional cognitivo basado en la recuperación del abuso de sustancias ha sido ofrecido por Aaron Beck, el padre de la terapia cognitiva y lo describió en su libro de 1993, la Terapia Cognitiva del Abuso de Sustancias. Esta terapia se basa en el supuesto de que las personas adictas tienen creencias fundamentales, que no son accesibles a la conciencia inmediata (cuando el paciente no está deprimido). Estas creencias básicas, tales como "Nadie me quiere", activan un sistema de creencias adictivas que producen beneficios imaginados con anticipación del uso de sustancias y, consecuentemente, una vez que se han activado las creencias permisivas ("Me puedo drogar solo una vez más") se facilitan. Una vez que un conjunto de creencias permisivas han sido activadas, entonces el individuo activará el comportamiento de búsqueda de drogas y de tomar drogas. El trabajo del terapeuta cognitivo es descubrir este sistema subyacente de creencias, analizarlo con el paciente, y por lo tanto demostrar su disfuncionalidad. Al igual que con cualquier terapia cognitivo-conductual, las tareas y ejercicios de comportamiento sirven para consolidar lo aprendido y discutido durante el tratamiento.

Regulación de las emociones, la atención y el abuso de sustancias

Una creciente literatura está demostrando la importancia de la regulación de las emociones en la rehabilitación de drogas. Según estas teorías, el tabaco (por ejemplo) se utiliza porque ayuda a proporcionar un escape de los efectos indeseables de la abstinencia de nicotina u otros estados negativos.

La justicia penal

La rehabilitación de drogas es a veces parte del sistema de justicia penal. Las personas condenadas por delitos menores de drogas pueden ser condenados a rehabilitación en lugar de la cárcel, y los condenados por conducir en estado de ebriedad a veces tienen que asistir a reuniones de Alcohólicos Anónimos. Hay un número de maneras de abordar una pena alternativa en un caso de posesión de drogas o uso de drogas, cada vez los tribunales están dispuestos a explorar los métodos para la rehabilitación de drogas antes de encarcelar.